Pensar en que tendré que enfrentarme a una hoja en blanco de nuevo me trae mucha felicidad y tranquilidad. Una especie de adrenalina mezclada con esperanza. Me vienen a la cabeza muchas ideas y no sé por donde empezar.
Antes de empezar a escribir un proyecto grande suelo relajarme, salir (en caso que esté con una chica a lado) a pasear, comer algo, conversar mucho, mirar el mar, escuchar música y sentirme feliz.
A menudo al caminar, que me gusta hacer siempre, voy pensando la forma de empezar la historia. Si con una frase, con un diálogo o simplemente un comienzo simple. Muchos no saben la emoción que es escribir un libro. Porque en mi caso lo es.
Empiezo a observar todo con otros ojos y las historias que me pasan las empiezo a reservar, tratando de plazmarlas en alguno de mis personajes. Antes de empezar a escribir un proyecto grande transformo en hermitaño a mis pensamientos, reservo mis secretos. Los almaceno y ya no los dejo escapar.
Eso me hace mucho bien porque permite que no se me filtre la fuente de mi inspiración escribiéndola en un blog, y me permite amarrar un poco la lengua, para no hablar tanto.
Escucho mucha música y veo muchos videos, eso me inspira y me permite formar imagenes mentales. Trato en todo momento de estar motivado, inspirado, y de ser posible enamorado.
Lo mejor es cuando estoy en compañía, pero en momentos como los de ahora, las amistades me hacen mucho bien.
Antes de empezar a escribir un proyecto que se que me tomará meses, recolecto la información mental, las cosas vividas, las que me hicieron bien y mal, de las que aprendí y las cuales en algún momento me hicieron sufrir al extremo. Sé que todas fueron importantes en mi camino.
Le doy la bienvenida a la buena poesía, los buenos libros, a las frases que dejan una reflexión, me dedico a escuchar y a estar en conexión con las cosas de la vida.
Antes de empezar a escribir, reviso mis proyectos anteriores y me doy cuenta que cada uno ha tenido parte de mi vida, parte de mis vivencias, han sido desfogues de un sentir en el tiempo. Porque al cerrar un proyecto se va con él la experiencia, las vivencias, los sentimientos y emociones.
Estoy contento, porque por fin ha regresado ese tiempo, y porque sé que la inspiración y la buena vibra que atraigo a mi siempre viene con cosas muy buenas.
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